3 Que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar;
4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y los grillos desmenuzados; y nadie le podía domar.
5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, é hiriéndose con las piedras.
6 Y como vió á Jesús de lejos, corrió, y le adoró.
7 Y clamando á gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.
9 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
10 Y le rogaba mucho que no le enviase fuera de aquella provincia.
11 Y estaba allí cerca del monte una grande manada de puercos paciendo.
12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos á los puercos para que entremos en ellos.
13 Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en la mar; los cuales eran como dos mil; y en la mar se ahogaron.
14 Y los que apacentaban los puercos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron para ver qué era aquello que había acontecido.
15 Y vienen á Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado y vestido, y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los puercos.
17 Y comenzaron á rogarle que se fuese de los términos de ellos.
18 Y entrando él en el barco, le rogaba el que había sido fatigado del demonio, para estar con él.
19 Mas Jesús no le permitió, sino le dijo: Vete á tu casa, á los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
20 Y se fué, y comenzó á publicar en Decápolis cuan grandes cosas Jesús había hecho con él: y todos se maravillaban.
21 Y pasando otra vez Jesús en un barco á la otra parte, se juntó á él gran compañía; y estaba junto á la mar.
22 Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vió, se postró á sus pies,
23 Y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está á la muerte: ven y pondrás las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Marcos 5:3 que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas;

English Standard Version ESV

Mark 5:3 He lived among the tombs. And no one could bind him anymore, not even with a chain,

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Marcos 5:3 que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Mark 5:3 who had his dwelling among the tombs; and no one could bind him, not even with chains,

Nueva Traducción Viviente NTV

Marcos 5:3 Este hombre vivía entre las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo ni siquiera con cadenas.

Nueva Versión Internacional NVI

Marcos 5:3 Este hombre vivía en los sepulcros, y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Marcos 5:3 que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar;

Herramientas de Estudio para Marcos 5:3-23