36
Y vosotros semejantes á hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere, y llamare, luego le abran.
37
Bienaventurados aquellos siervos, á los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando: de cierto os digo, que se ceñirá, y hará que se sienten á la mesa, y pasando les servirá.
38
Y aunque venga á la segunda vigilia, y aunque venga á la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son los tales siervos.
39
Esto empero sabed, que si supiese el padre de familia á qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
40
Vosotros pues también, estad apercibidos; porque á la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá.
41
Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola á nosotros, ó también á todos?
42
Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su familia, para que á tiempo les dé su ración?
43
Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando el señor viniere, hallare haciendo así.
44
En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos sus bienes.
45
Mas si el tal siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir: y comenzare á herir á los siervos y á las criadas, y á comer y á beber y á embriagarse;
46
Vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera, y á la hora que no sabe, y le apartará, y pondrá su parte con los infieles.
47
Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme á su voluntad, será azotado mucho.
48
Mas el que no entendió, é hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco: porque á cualquiera que fué dado mucho, mucho será vuelto á demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido.
49
Fuego vine á meter en la tierra: ¿y qué quiero, si ya está encendido?
50
Empero de bautismo me es necesario ser bautizado: y ¡cómo me angustio hasta que sea cumplido!
51
¿Pensáis que he venido á la tierra á dar paz? No, os digo; mas disensión.
52
Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres.
53
El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
54
Y decía también á las gentes: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así.
55
Y cuando sopla el austro, decís: Habrá calor; y lo hay.
56
¡Hipócritas! Sabéis examinar la faz del cielo y de la tierra; ¿y cómo no reconocéis este tiempo?
57
¿Y por qué aun de vosotros mismos no juzgáis lo que es justo?
58
Pues cuando vas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; porque no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.
59
Te digo que no saldrás de allá, hasta que hayas pagado hasta el último maravedí.