5 Y como alzó Jesús los ojos, y vió que había venido á él grande multitud, dice á Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
6 Mas esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.
7 Respondióle Felipe: Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos tome un poco.
8 Dícele uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
9 Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; ¿mas qué es esto entre tantos?
10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar: y recostáronse como número de cinco mil varones.
11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, repartió á los discípulos, y los discípulos á los que estaban recostados: asimismo de los peces, cuanto querían.
12 Y como fueron saciados, dijo á sus discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada.
13 Cogieron pues, é hinchieron doce cestas de pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron á los que habían comido.
14 Aquellos hombres entonces, como vieron la señal que Jesús había hecho, decían: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.
15 Y entendiendo Jesús que habían de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió á retirarse al monte, él solo.
16 Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos á la mar;
17 Y entrando en un barco, venían de la otra parte de la mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido á ellos.
18 Y levantábase la mar con un gran viento que soplaba.
19 Y como hubieron navegado como veinticinco ó treinta estadios, ven á Jesús que andaba sobre la mar, y se acercaba al barco: y tuvieron miedo.
20 Mas él les dijo: Yo soy; no tengáis miedo.
21 Ellos entonces gustaron recibirle en el barco: y luego el barco llegó á la tierra donde iban.
22 El día siguiente, la gente que estaba de la otra parte de la mar, como vió que no había allí otra navecilla sino una, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en ella, sino que sus discípulos se habían ido solos;
23 Y que otras navecillas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber el Señor dado gracias;
24 Como vió pues la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron ellos en las navecillas, y vinieron á Capernaum buscando á Jesús.
25 Y hallándole de la otra parte de la mar, dijéronle: Rabbí, ¿cuándo llegaste acá?
26 Respondióles Jesús, y dijo; De cierto, de cierto os digo, que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os hartasteis.
27 Trabajad no por la comida que perece, mas por la comida que á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque á éste señaló el Padre, que es Dios.
28 Y dijéronle: ¿Qué haremos para que obremos las obras de Dios?
29 Respondió Jesús, y díjoles: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
30 Dijéronle entonces: ¿Qué señal pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obras?
31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dió á comer.
32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dió Moisés pan del cielo; mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Y dijéronle: Señor, danos siempre este pan.
35 Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
37 Todo lo que el Padre me da, vendrá á mí; y al que á mí viene, no le hecho fuera.
38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, mas la voluntad del que me envió.
39 Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.
40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero.
41 Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendí del cielo.
42 Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?
43 Y Jesús respondió, y díjoles: No murmuréis entre vosotros.
44 Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Juan 6:5 Entonces Jesús, alzando los ojos y viendo que una gran multitud venía hacia El, dijo<***> a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para que coman éstos?

English Standard Version ESV

John 6:5 Lifting up his eyes, then, and seeing that a large crowd was coming toward him, Jesus said to Philip, "Where are we to buy bread, so that these people may eat?"

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Juan 6:5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él grande multitud, dice a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos

King James Version KJV

New King James Version NKJV

John 6:5 Then Jesus lifted up His eyes, and seeing a great multitude coming toward Him, He said to Philip, "Where shall we buy bread, that these may eat?"

Nueva Traducción Viviente NTV

Juan 6:5 Enseguida Jesús vio que una gran multitud venía a su encuentro. Dirigiéndose a Felipe, le preguntó:

Nueva Versión Internacional NVI

Juan 6:5 Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacia él, le dijo a Felipe:—¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Juan 6:5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él grande multitud, dice a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?

Herramientas de Estudio para Juan 6:5-45