14
¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan.
15
La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente.
16
El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos.
17
Pegado está el uno con el otro, Están trabados entre sí, que no se pueden apartar.
18
Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba.
19
De su boca salen hachas de fuego, Centellas de fuego proceden.
20
De sus narices sale humo, Como de una olla ó caldero que hierve.
21
Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.
22
En su cerviz mora la fortaleza, Y espárcese el desaliento delante de él.
23
Las partes momias de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se mueven.
24
Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo.