4
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.
5
Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
6
Nosotros somos de Dios: el que conoce á Dios, nos oye: el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
7
Carísimos, amémonos unos á otros; porque el amor es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce á Dios.
8
El que no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor.
9
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
10
En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
11
Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos á otros.
12
Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros:
13
En esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
14
Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.