11
Porque en Dios no hay acepción de personas.
12
Pues todos los que han pecado sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados;
13
porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificados.
14
Porque cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por instinto los dictados de la ley, ellos, no teniendo la ley, son una ley para sí mismos,
15
ya que muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos,
16
en el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Cristo Jesús.
17
Pero si tú, que llevas el nombre de judío y te apoyas en la ley; que te glorías en Dios,
18
y conoces su voluntad; que apruebas las cosas que son esenciales, siendo instruido por la ley,
19
y te confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
20
instructor de los necios, maestro de los faltos de madurez; que tienes en la ley la expresión misma del conocimiento y de la verdad;
21
tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se debe robar, ¿robas?