5
Entonces el ángel que hablaba conmigo salió y me dijo: «Alza la vista y fíjate en esto que ha aparecido».
6
«¿Y qué es?», le pregunté. Y él me contestó: «Es una canasta de veintidós litros. Es la maldad de la gente de todo el país».
7
Se levantó entonces la tapa de plomo, ¡y dentro de esa medida había una mujer sentada!
8
El ángel dijo: «Esta es la maldad», e inmediatamente arrojó a la mujer dentro de la medida, la cual cubrió luego con la tapa de plomo.
9
Alcé la vista, ¡y vi ante mí dos mujeres que salían batiendo sus alas al viento! Tenían alas como de cigüeña, y elevaban la medida por los aires.
10
Yo le pregunté al ángel que hablaba conmigo: «¿A dónde se llevan la medida?»
11
Y él me respondió: «Se la llevan al país de Babilonia, para construirle un templo. Cuando el templo esté listo, colocarán la medida allí, sobre un pedestal».