4
Y será en aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profetizaren; ni nunca más se vestirán de manto velloso para mentir
5
Y dirá: No soy profeta; labrador soy de la tierra, porque esto aprendí del hombre desde mi juventud.
6
Y le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas que tienes en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en Casa de mis amigos.
7
Oh espada, despiértate sobre el pastor, y sobre el hombre compañero mío, dijo el SEÑOR de los ejércitos. Hiere al pastor, y se derramarán las ovejas; y tornaré mi mano sobre los chiquitos.
8
Y acontecerá en toda la tierra, dijo el Señor, que las dos partes serán taladas en ella, y se perderán; y la tercera quedará en ella.
9
Y meteré en el fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: El SEÑOR es mi Dios.