10
Al hombre que cause divisiones, después de la primera y segunda amonestación, deséchalo,
11
sabiendo que el tal es perverso y peca, habiéndose condenado a sí mismo.
12
Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, procura venir a mí en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno.
13
Encamina con diligencia a Zenas, intérprete de la ley, y a Apolos, para que nada les falte.
14
Y que nuestro pueblo aprenda a ocuparse en buenas obras, atendiendo a las necesidades apremiantes, para que no estén sin fruto.
15
Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros.