14
Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?
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Supongamos que un hermano o una hermana no tiene con qué vestirse y carece del alimento diario,
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y uno de ustedes le dice: «Que le vaya bien; abríguese y coma hasta saciarse», pero no le da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso?
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Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta.
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Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras».Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras.
19
¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan.
20
¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril?
21
¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac?
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Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo.
23
Así se cumplió la Escritura que dice: «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios.
24
Como pueden ver, a una persona se la declara justa por las obras, y no solo por la fe.
25
De igual manera, ¿no fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rajab, cuando hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino?
26
Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.