1
Santiago , siervo de Dios y del Señor Jesucristo: A las doce tribus que están en la dispersión: Saludos.
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Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas,
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sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia,
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y que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.
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Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
6
Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra.
7
No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor,
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siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos.
9
Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición,
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y el rico en su humillación, pues él pasará como la flor de la hierba.
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Porque el sol sale con calor abrasador y seca la hierba, y su flor se cae y la hermosura de su apariencia perece; así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.