3
Porque mi alma está harta de males, y mi vida ha llegado a la sepultura.
4
Soy contado con los que descienden al hoyo, soy como hombre sin fuerza;
5
librado entre los muertos. Como los muertos que duermen en el sepulcro, que no te acuerdas más de ellos, y que son cortados de tu mano.
6
Me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en honduras.
7
Sobre mí se ha acostado tu ira, y me has afligido con todas tus ondas. (Selah.)
8
Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos; estoy encerrado, y no saldré.
9
Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh SEÑOR, cada día he extendido a ti mis manos.
10
¿Harás tú milagro a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? (Selah.)
11
¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, o tu verdad en la perdición?
12
¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, y tu justicia en la tierra del olvido?
13
Mas yo a ti he clamado, oh SEÑOR; y de mañana te previno mi oración.
14
¿Por qué, oh SEÑOR, desechas mi alma? ¿Por qué escondes tu rostro de mí?
15
Yo soy pobre y menesteroso; desde la juventud he llevado tus temores, he estado medroso.
16
Sobre mí han pasado tus iras; tus espantos me han cortado.
17
Me han rodeado como aguas de continuo; me han cercado a una.
18
Has alejado de mí al amigo y al compañero; y mis conocidos has puesto en la tiniebla.