5
Dísteles á comer pan de lágrimas, Y dísteles á beber lágrimas en gran abundancia.
6
Pusístenos por contienda á nuestros vecinos: Y nuestros enemigos se burlan entre sí.
7
Oh Dios de los ejércitos, haznos tornar; Y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
8
Hiciste venir una vid de Egipto: Echaste las gentes, y plantástela.
9
Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra.
10
Los montes fueron cubiertos de su sombra; Y sus sarmientos como cedros de Dios.
11
Extendió sus vástagos hasta la mar, Y hasta el río sus mugrones.
12
¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino?
13
Estropeóla el puerco montés, Y pacióla la bestia del campo.
14
Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora: Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña,
15
Y la planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti corroboraste.
16
Quemada á fuego está, asolada: Perezcan por la reprensión de tu rostro.
17
Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo del hombre que para ti corroboraste.
18
Así no nos volveremos de ti: Vida nos darás, é invocaremos tu nombre.
19
Oh Jehová, Dios de los ejércitos, haznos tornar; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.