3
Oh Dios, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
4
SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo?
5
Les diste a comer pan de lágrimas, y les diste a beber lágrimas con medida.
6
Nos pusiste por contienda a nuestros vecinos; y nuestros enemigos se burlan de nosotros entre sí.
7
Oh Dios de los ejércitos, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
8
Hiciste venir una vid desde Egipto; echaste los gentiles, y la plantaste.
9
Limpiaste sitio delante de ella, e hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra.
10
Los montes fueron cubiertos de su sombra; y sus ramas como cedros de Dios.
11
Envió sus ramas hasta el mar, y hasta el río sus renuevos.
12
¿Por qué aportillaste sus vallados, y la vendimian todos los que pasan por el camino?
13
La estropeó el puerco montés, y la pació la bestia del campo.