9 Los hijos de Efraín armados, flecheros, volvieron las espaldas el día de la batalla.
10 No guardaron el pacto de Dios, ni quisieron andar en su ley;
11 antes se olvidaron de sus obras, y de sus maravillas que les había mostrado.
12 Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.
13 Rompió el mar, y los hizo pasar; e hizo estar las aguas como en un montón.
14 Y los llevó con nube de día, y toda la noche con resplandor de fuego.
15 Hendió las peñas en el desierto; y les dio a beber de abismos grandes;
16 y sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos.
17 Pero aun tornaron a pecar contra él, enojando al Altísimo en la soledad.
18 Y tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida al gusto de su alma.
19 Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá Dios ponernos mesa en el desierto?
20 He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo?
21 Por tanto oyó el SEÑOR, y se enojó; se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel;
22 por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado de su salud.
23 Y mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos,
24 e hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio trigo de los cielos.
25 Pan de fuertes comió el hombre; les envió comida en abundancia.
26 Movió el solano en el cielo, y trajo con su fortaleza el austro,
27 e hizo llover sobre ellos carne como polvo, y aves de alas como arena del mar.
28 Y las hizo caer en medio de su campamento, alrededor de sus tiendas.
29 Y comieron, y se llenaron bien; les cumplió pues su deseo.
30 No habían quitado de sí su deseo, aun estaba su vianda en su boca,
31 cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató los más robustos de ellos, y derribó los escogidos de Israel.
32 Con todo esto pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas.
33 Consumió por tanto sus días en vanidad, y sus años en tribulación.
34 Si los mataba, entonces le buscaban; y se convertían, y buscaban a Dios de mañana.
35 Y se acordaban que Dios era su refugio, y el Dios Alto su redentor.
36 Mas le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían,
37 pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto.
38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruyó; y abundó su misericordia para apartar su ira, y no despertó toda su ira.
39 Y se acordó que eran carne; soplo que va y no vuelve.
40 ¡Cuántas veces lo ensañaron en el desierto, lo enojaron en la soledad!
41 Y volvían, y tentaban a Dios, y ponían límite al Santo de Israel.
42 No se acordaron de su mano, del día que los redimió de angustia;
43 cuando puso en Egipto sus señales, y sus maravillas en el campo de Zoán;
44 y volvió sus ríos en sangre, y sus corrientes para que no bebiesen.
45 Envió entre ellos enjambres de moscas que los comían, y ranas que los destruyeron.
46 Dio también al pulgón sus frutos, y sus trabajos a la langosta.
47 Sus viñas destruyó con granizo, y sus higuerales con piedra;
48 y entregó al pedrisco sus bestias, y al fuego sus ganados.
49 Envió sobre ellos el furor de su saña; ira, enojo, angustia, y ángeles malos.
50 Dispuso el camino a su furor; no eximió el alma de ellos de la muerte, sino que entregó su vida a la mortandad.
51 E hirió a todo primogénito en Egipto, las primicias de las fuerzas en las tiendas de Cam.
52 Hizo salir a su pueblo como ovejas, y los llevó por el desierto, como un rebaño.
53 Y los pastoreó con seguridad, que no tuvieron miedo; y el mar cubrió a sus enemigos.
54 Los metió después en los términos de su santidad, en este monte que ganó su mano derecha.
55 Y echó los gentiles de delante de ellos, y les repartió una herencia con cuerdas; e hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.
56 Mas tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios;
57 sino que se volvieron, y se rebelaron como sus padres; se volvieron como arco engañoso.
58 Y le enojaron con sus lugares altos, y le provocaron a celo con sus esculturas.
59 Lo oyó Dios, y se enojó, y en gran manera aborreció a Israel.
60 Por esta causa dejó el tabernáculo de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres;
61 y dio en cautividad su fortaleza, y su gloria en mano del enemigo.
62 Entregó también su pueblo a cuchillo, y se airó contra su heredad.
63 El fuego devoró sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales .
64 Sus sacerdotes cayeron a cuchillo, y sus viudas no se lamentaron.
65 Entonces despertó el Señor a la manera del que ha dormido, como un valiente que grita a causa del vino:
66 e hirió a sus enemigos en las partes posteriores; les dio perpetua afrenta.
67 Y aborreció la tienda de José, y no escogió la tribu de Efraín.
68 Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sion, al cual amó.
69 Y edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Salmos 78:9 Los hijos de Efraín eran arqueros bien equipados, pero volvieron las espaldas el día de la batalla.

English Standard Version ESV

Psalm 78:9 The Ephraimites, armed with the bow, turned back on the day of battle.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Salmos 78:9 Los hijos de Efraín armados, flecheros, volvieron las espaldas en el día de la batalla

King James Version KJV

Psalm 78:9 The children of Ephraim, being armed, and carrying bows, turned back in the day of battle.

New King James Version NKJV

Psalm 78:9 The children of Ephraim, being armed and carrying bows, Turned back in the day of battle.

Nueva Traducción Viviente NTV

Salmos 78:9 Los guerreros de Efraín, aunque estaban armados con arcos,
dieron la espalda y huyeron el día de la batalla.

Nueva Versión Internacional NVI

Salmos 78:9 La tribu de Efraín, con sus diestros arqueros,se puso en fuga el día de la batalla.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Salmos 78:9 Los hijos de Ephraim armados, flecheros, Volvieron las espaldas el día de la batalla.

Herramientas de Estudio para Salmos 78:9-69