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y dio en cautividad su fortaleza, y su gloria en mano del enemigo
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Entregó también su pueblo a espada, y se airó contra su heredad
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El fuego devoró sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales
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Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no se lamentaron
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Entonces despertó el Señor a la manera del que ha dormido, como un valiente que grita a causa del vino
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e hirió a sus enemigos en las partes posteriores; les dio perpetua afrenta
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Y aborreció la tienda de José, y no escogió la tribu de Efraín
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Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sion, al cual amó
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Y edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre
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Y eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas
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de tras las paridas lo trajo, para que apacentara a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad