1
Masquil de Asaf. ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué ha humeado tu furor contra las ovejas de tu prado?
2
Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, cuando redimiste la vara de tu heredad; este monte de Sion, donde has habitado.
3
Levanta tus pies a los asolamientos eternos; a todo enemigo que ha hecho mal en el santuario.
4
Tus enemigos han bramado en medio de tus asambleas; han puesto sus propias banderas por señas.
5
Nombrado era, como si lo llevara al cielo, el que metía las hachas en el monte de la madera espesa para el edificio del santuario .
6
Y ahora con hachas y martillos han quebrado todas sus entalladuras.
7
Han puesto a fuego tus santuarios, han ensuciado en la tierra el tabernáculo de tu Nombre.
8
Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; quemaron todos los lugares de ayuntamiento del pueblo de Dios en la tierra.
9
No vemos ya nuestras banderas propias ; no hay más profeta; ni hay con nosotros quien sepa. ¿Hasta cuándo?