4
Porque no hay ataduras para su muerte; antes su fortaleza está entera.
5
No pasan trabajos como otros seres humanos; ni son azotados con los hombres.
6
Por tanto, la soberbia los corona; se cubren de vestido de violencia.
7
Sus ojos están salidos de gruesos; logran con creces los antojos del corazón.
8
Se soltaron, y hablan con maldad de hacer violencia; hablan con altanería.
9
Ponen contra el cielo su boca, y su lengua pasea la tierra.
10
Por eso su pueblo volverá aquí, y aguas de lleno le son exprimidas.
11
Y dirán: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en lo más alto?
12
He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
13
Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en limpieza;
14
y he sido azotado todo el día, y castigado por las mañanas: