4
Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento
5
Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud
6
Por ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti ha sido siempre mi alabanza
7
Como prodigio he sido a muchos, y tú mi refugio fuerte
8
Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día
9
No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares
10
Porque mis enemigos han tratado de mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente
11
Diciendo: Dios lo ha dejado; perseguid y tomadle, porque no hay quien le libre
12
Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto a mi socorro
13
Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal
14
Mas yo siempre esperaré, y añadiré sobre toda tu alabanza
15
Mi boca publicará tu justicia y tu salvación todo el día, aunque no sé el número de ellas
16
Iré en la valentía del Señor DIOS; haré memoria de tu justicia, de la tuya solamente
17
Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud y hasta ahora; manifestaré tus maravillas
18
Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir
19
Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso; porque has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú
20
Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males; volverás y me darás vida, y de los abismos de la tierra volverás a levantarme
21
Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme
22
Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío; tu verdad cantaré yo a ti en el arpa, oh Santo de Israel
23
Mis labios se alegrarán cuando cantare alabanzas a ti; y mi alma, a la cual rescataste
24
Asimismo mi lengua hablará también de tu justicia cada día; por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confundidos los que mi mal procuraban