5
Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; y pise en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo. (Selah.)
6
Levántate, oh SEÑOR, con tu furor; álzate a causa de las iras de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
7
Y te rodeará ayuntamiento de pueblos; por causa pues de él vuélvete en alto.
8
El SEÑOR juzgará los pueblos; júzgame, oh SEÑOR, conforme a mi justicia y conforme a mi integridad.
9
Consuma ahora mal a los malos, y establece al justo; pues el Dios justo es el que prueba los corazones y los riñones.
10
Mi escudo es en Dios, el que salva a los rectos de corazón.
11
Dios es el que juzga al justo; y Dios está airado contra los impíos todos los días.
12
Si no se volviere, él afilará su espada; armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
13
Asimismo ha aparejado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los que persiguen.
14
He aquí ha tenido parto de iniquidad; concibió de su propio trabajo, y dio a luz mentira.
15
Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en la fosa que hizo caerá.
16
Su trabajo se tornará sobre su cabeza, y su agravio descenderá sobre su mollera.
17
Alabaré yo al SEÑOR conforme a su justicia, y cantaré al nombre del SEÑOR el Altísimo.