3 Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.
4 Tú, oh Dios, eres mi rey: Manda saludes á Jacob.
5 Por medio de ti sacudiremos á nuestros enemigos: En tu nombre atropellaremos á nuestros adversarios.
6 Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará.
7 Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado á los que nos aborrecían.
8 En Dios nos gloriaremos todo tiempo, Y para siempre loaremos tu nombre. (Selah.)
9 Empero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales en nuestros ejércitos.
10 Nos hiciste retroceder del enemigo, Y saqueáron nos para sí los que nos aborrecían.
11 Pusístenos como á ovejas para comida, Y esparcístenos entre las gentes.
12 Has vendido tu pueblo de balde, Y no pujaste en sus precios.
13 Pusístenos por vergüenza á nuestros vecinos, Por escarnio y por burla á los que nos rodean.
14 Pusístenos por proverbio entre las gentes, Por movimiento de cabeza en los pueblos.
15 Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y cúbreme la confusión de mi rostro,
16 Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del que se venga.
17 Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti; Y no hemos faltado á tu pacto.
18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni tampoco se han apartado nuestros pasos de tus caminos.
19 Cuando nos quebrantaste en el lugar de los dragones, Y nos cubriste con sombra de muerte,
20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos á dios ajeno,
21 ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
22 Empero por tu causa nos matan cada día; Somos tenidos como ovejas para el matadero.
23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo: Nuestro vientre está pegado con la tierra.
26 Levántate para ayudarnos, Y redímenos por tu misericordia.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Salmos 44:3 Pues no por su espada tomaron posesión de la tierra, ni su brazo los salvó, sino tu diestra y tu brazo, y la luz de tu presencia, porque te complaciste en ellos.

English Standard Version ESV

Psalm 44:3 for not by their own sword did they win the land, nor did their own arm save them, but your right hand and your arm, and the light of your face, for you delighted in them.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Salmos 44:3 Porque no heredaron la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos

King James Version KJV

Psalm 44:3 For they got not the land in possession by their own sword, neither did their own arm save them: but thy right hand, and thine arm, and the light of thy countenance, because thou hadst a favour unto them.

New King James Version NKJV

Psalm 44:3 For they did not gain possession of the land by their own sword, Nor did their own arm save them; But it was Your right hand, Your arm, and the light of Your countenance, Because You favored them.

Nueva Traducción Viviente NTV

Salmos 44:3 No fue con sus espadas que conquistaron la tierra,
ni sus brazos fuertes les dieron la victoria.
Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte,
y la luz cegadora de tu rostro que los ayudó,
porque los amabas.

Nueva Versión Internacional NVI

Salmos 44:3 Porque no fue su espada la que conquistó la tierra,ni fue su brazo el que les dio la victoria:fue tu brazo, tu mano derecha;fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Salmos 44:3 Porque no heredaron la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.

Herramientas de Estudio para Salmos 44:3-26