10
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.
11
Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga; y mis cercanos se pusieron lejos.
12
Y los que buscaban mi alma armaron lazos; y los que procuraban mi mal hablaban iniquidades, y todo el día meditaban fraudes.
13
Mas yo, como si fuera sordo no oía; y estaba como un mudo, que no abre su boca.
14
Fui pues como un hombre que no oye, y que en su boca no tiene reprensiones.
15
Porque a ti, oh SEÑOR, he esperado; tú responderás, SEÑOR Dios mío.
16
Porque dije: Que no se alegren de mí; ni cuando mi pie resbalare, se engrandezcan sobre mí.
17
Porque yo estoy a punto de claudicar, y mi dolor está delante de mí continuamente.
18
Por tanto denunciaré mi maldad; me acongojaré por mi pecado.
19
Porque mis enemigos son vivos y fuertes; y se han aumentado los que me aborrecen sin causa;
20
y pagando mal por bien me son contrarios, por seguir yo lo bueno.