6
Sea su camino oscuridad y resbaladeros; y el ángel del SEÑOR el que los persiga.
7
Porque sin causa escondieron para mí el hoyo de su red; sin causa hicieron hoyo para mi alma.
8
Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y su red que escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella.
9
Y gócese mi alma en el SEÑOR; y alégrese en su salud.
10
Todos mis huesos dirán: SEÑOR, ¿quién como tú, que libras al pobre del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?
11
Se levantaron testigos falsos; me demandaron lo que no sabía;
12
me devolvieron mal por bien, hasta volver solo a mi alma.
13
Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se revolvía en mi seno.
14
Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
15
Pero ellos se alegraron en mi cojera, y se juntaron; se juntaron contra mí los verdugos, y yo no lo entendía; me despedazaban, y no cesaban;
16
con los lisonjeros escarnecedores truhanes, crujiendo sobre mí sus dientes.