6
Cuando yo tenía prosperidad, decía:
«¡Ahora nada puede detenerme!».
7
Tu favor, oh Señor
, me hizo tan firme como una montaña;
después te apartaste de mí, y quedé destrozado.
8
A ti clamé, oh Señor
.
Le supliqué al Señor
que tuviera misericordia, le dije:
9
«¿Qué ganarás si me muero,
si me hundo en la tumba?
¿Acaso podrá mi polvo alabarte?
¿Podrá hablar de tu fidelidad?
10
Escúchame, Señor
, y ten misericordia de mí;
ayúdame, oh Señor
».
11
Tú cambiaste mi duelo en alegre danza;
me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría,
12
para que yo te cante alabanzas y no me quede callado.
Oh Señor
, mi Dios, ¡por siempre te daré gracias!