20
El SEÑOR me pagará conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me volverá
21
Por cuanto guardé los caminos del SEÑOR, y no me volví impío apostatando de mi Dios
22
Porque todos sus juicios estuvieron delante de mí, y no eché de mí sus estatutos
23
Y fui perfecto para con él, y me he guardado de mi iniquidad
24
Y me pagó el SEÑOR conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos
25
Con el misericordioso serás misericordioso, y con el varón perfecto serás perfecto
26
Con el limpio serás limpio, y con el perverso serás adversario
27
Por tanto al pueblo humilde salvarás, y los ojos altivos humillarás
28
Por tanto tú alumbrarás mi lámpara el SEÑOR mi Dios alumbrará mis tinieblas
29
Porque contigo deshice ejércitos; y en mi Dios asalté muros
30
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él
31
Porque ¿qué Dios hay fuera del SEÑOR? ¿Y qué fuerte fuera de nuestro Dios
32
Dios es el que me ciñe de fuerza, e hizo perfecto mi camino
33
Quien pone mis pies como pies de ciervas, y me hizo estar sobre mis alturas
34
Quien enseña mis manos para la batalla, y el arco de bronce será quebrado con mis brazos
35
Me diste asimismo el escudo de tu salud; y tu diestra me sustentará, y tu mansedumbre me multiplicará
36
Ensancharás mis pasos debajo de mí, y no titubearán mis rodillas
37
Perseguiré a mis enemigos, y los alcanzaré, y no volveré hasta acabarlos
38
Los heriré, y no podrán levantarse; caerán debajo de mis pies
39
Y me ceñiste de fortaleza para la pelea; has agobiado mis enemigos debajo de mí
40
Y me diste la cerviz de mis enemigos, y destruí a los que me aborrecían