2
Di al SEÑOR: Señor tú eres mi bien; no tengo otro bien fuera de ti
3
A los santos que están en la tierra, y a los íntegros; toda mi afición en ellos
4
Multiplicarán sus dolores los que se apresuraren tras otro dios; no ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres
5
El SEÑOR es la porción de mi parte y de mi copa; tú sustentarás mi suerte
6
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, así mismo la heredad se hermoseó sobre mí
7
Bendeciré al SEÑOR, que me aconseja; aun en las noches me enseña mis riñones
8
Al SEÑOR he puesto siempre delante de mí; porque estando El a mi diestra, no seré conmovido
9
Por tanto se alegró mi corazón, y se gozó mi gloria; también mi carne reposará segura
10
Porque no dejarás mi alma en el Seol; ni darás tu Misericordioso para que vea corrupción
11
Me harás saber la senda de la vida; plenitud de alegrías hay con tu rostro; deleites en tu diestra para siempre