4
Guárdame, oh SEÑOR, de manos del impío, del varón de violencia me guarde; que han pensado trastornar mis pasos.
5
Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; han tendido red; en el lugar de la senda me han puesto lazos. (Selah.)
6
He dicho al SEÑOR: Dios mío eres tú; escucha, oh SEÑOR, la voz de mis ruegos.
7
Oh DIOS el Señor, fortaleza de mi salud, cubre mi cabeza el día de las armas.
8
No des, oh SEÑOR, al impío sus deseos; no saques adelante su pensamiento, para que no se ensoberbezca. (Selah.)
9
En cuanto a la cabeza de los que me cercan, la perversidad de sus labios la cubra.
10
Caigan sobre ellos brasas; en el fuego los haga caer, en profundos hoyos de donde no salgan.
11
El varón de lengua maligna no será firme en la tierra; el mal cazará al varón de violencia para derribarle.
12
Yo sé que hará el SEÑOR el juicio del pobre, el juicio de los menesterosos.
13
Ciertamente los justos alabarán tu Nombre; los rectos morarán en tu presencia.