2
El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, por ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
3
Todos declinaron, juntamente, se han corrompido; no hay quien haga bien, no hay ni siquiera uno.
4
Ciertamente conocieron ésto todos los que obran iniquidad, que devoran a mi pueblo como si pan comiesen; al SEÑOR no invocaron.
5
Allí temblaron de espanto; porque Dios está con la nación de los justos.
6
El consejo del pobre habéis escarnecido, por cuanto el SEÑOR es su esperanza.
7
¡Quién diese de Sion la salud de Israel tornando el SEÑOR la cautividad de su pueblo! Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.