8
Levántate, oh SEÑOR, a tu reposo; tú y el arca de tu fortaleza
9
Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus misericordiosos
10
Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro
11
Juró el SEÑOR verdad a David, no se apartará de ella; del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono
12
Si tus hijos guardaren mi alianza, y mi testimonio que yo les enseñare; sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre
13
Porque el SEÑOR ha elegido a Sion; la deseó por habitación para sí
14
Este será mi reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado
15
Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan
16
Y a sus sacerdotes vestiré de salud, y sus misericordiosos exultarán de gozo
17
Allí haré reverdecer el cuerno de David; yo he aparejado lámpara a mi ungido
18
A sus enemigos vestiré de confusión; y sobre él florecerá su corona