114
Mi escondedero y mi escudo eres tú; a tu palabra he esperado.
115
Apartaos de mí los malignos, porque guardaré los mandamientos de mi Dios.
116
Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no me frustres de mi esperanza.
117
Sosténme, y seré salvo; y me deleitaré siempre en tus estatutos.
118
Atropellaste a todos los que yerran de tus estatutos; porque su engaño es mentira.
119
Como escorias hiciste deshacer a todos los impíos de la tierra; por tanto yo he amado tus testimonios.
120
Mi carne se ha estremecido por temor de ti; y de tus juicios tengo miedo.
121
AYIN Juicio y justicia he hecho; no me dejes a mis opresores.
122
Responde por tu siervo para bien; no me hagan violencia los soberbios.
123
Mis ojos desfallecieron por tu salud, y por el dicho de tu justicia.
124
Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.