8
Sean sus días pocos: Tome otro su oficio.
9
Sean sus hijos huérfanos, Y su mujer viuda.
10
Y anden sus hijos vagabundos, y mendiguen; Y procuren su pan lejos de sus desolados hogares.
11
Enrede el acreedor todo lo que tiene, Y extraños saqueen su trabajo.
12
No tenga quien le haga misericordia; Ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.
13
Su posteridad sea talada; En segunda generación sea raído su nombre.
14
Venga en memoria cerca de Jehová la maldad de sus padres, Y el pecado de su madre no sea borrado.
15
Estén siempre delante de Jehová, Y él corte de la tierra su memoria.
16
Por cuanto no se acordo de hacer misericordia, Y persiguió al hombre afligido y menesteroso Y quebrantado de corazón, para matar lo.
17
Y amó la maldición, y vínole; Y no quiso la bendición, y ella se alejó de él.
18
Y vistióse de maldición como de su vestido, Y entró como agua en sus entrañas, Y como aceite en sus huesos.
19
Séale como vestido con que se cubra, Y en lugar de cinto con que se ciña siempre.
20
Este sea el pago de parte de Jehová de los que me calumnian, Y de los que hablan mal contra mi alma.
21
Y tú, Jehová Señor, haz conmigo por amor de tu nombre: Líbrame, porque tu misericordia es buena.
22
Porque yo estoy afligido y necesitado; Y mi corazón está herido dentro de mí.
23
Voime como la sombra cuando declina; Soy sacudido como langosta.
24
Mis rodillas están debilitadas á causa del ayuno, Y mi carne desfallecida por falta de gordura.
25
Yo he sido para ellos objeto de oprobio; Mirábanme, y meneaban su cabeza.
26
Ayúdame, Jehová Dios mío: Sálvame conforme á tu misericordia.
27
Y entiendan que ésta es tu mano; Que tú, Jehová, has hecho esto.
28
Maldigan ellos, y bendice tú: Levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo.