4
Porque grande más que los cielos es tu misericordia, y hasta los cielos tu verdad.
5
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea ensalzada tu gloria.
6
Para que sean librados tus amados; salva con tu diestra, y respóndeme.
7
Dios juró por su santuario, me alegraré; repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.
8
Mío será Galaad, mío será Manasés; y Efraín será la fortaleza de mi cabeza; Judá será mi legislador;
9
Moab, la vasija de mi lavatorio; sobre Edom echaré mi calzado; sobre Palestina triunfaré con júbilo.
10
¿Quién me guiará a la ciudad fortalecida? ¿Quién me guiará hasta Idumea?
11
Ciertamente tú, oh Dios, que nos habías desechado; y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.
12
Danos socorro en la angustia; porque mentirosa es la salud del hombre.
13
En Dios haremos proezas; y él hollará de nuevo a nuestros enemigos.