5
Para que yo vea el bien de tus escogidos, Para que me goce en la alegría de tu gente, Y me gloríe con tu heredad.
6
Pecamos con nuestros padres, Hicimos iniquidad, hicimos impiedad.
7
Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; Sino que se rebelaron junto á la mar, en el mar Bermejo.
8
Salvólos empero por amor de su nombre, Para hacer notoria su fortaleza.
9
Y reprendió al mar Bermejo, y secólo; E hízoles ir por el abismo, como por un desierto.
10
Y salvólos de mano del enemigo, Y rescatólos de mano del adversario.
11
Y cubrieron las aguas á sus enemigos: No quedó uno de ellos.
12
Entonces creyeron á sus palabras, Y cantaron su alabanza.
13
Apresuráronse, olvidáronse de sus obras; No esperaron en su consejo.
14
Y desearon con ansia en el desierto; Y tentaron á Dios en la soledad.
15
Y él les dió lo que pidieron; Mas envió flaqueza en sus almas.
16
Tomaron después celo contra Moisés en el campo, Y contra Aarón el santo de Jehová.
17
Abrióse la tierra, y tragó á Dathán, Y cubrió la compañía de Abiram.
18
Y encendióse el fuego en su junta; La llama quemó los impíos.
19
Hicieron becerro en Horeb, Y encorváronse á un vaciadizo.
20
Así trocaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba.
21
Olvidaron al Dios de su salud, Que había hecho grandezas en Egipto;
22
Maravillas en la tierra de Châm, Cosas formidables sobre el mar Bermejo.
23
Y trató de destruirlos, A no haberse puesto Moisés su escogido al portillo delante de él, A fin de apartar su ira, para que no los destruyese.
24
Empero aborrecieron la tierra deseable: No creyeron á su palabra;
25
Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová.