4
Acuérdate de mí, oh SEÑOR, en la buena voluntad para con tu pueblo; visítame con tu salud
5
para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu nación, y me gloríe con tu heredad
6
Pecamos con nuestros padres, pervertimos, hicimos impiedad
7
Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Bermejo
8
Los salvó por su Nombre, para hacer notoria su fortaleza
9
Y reprendió al mar Bermejo, y lo secó; y les hizo ir por el abismo, como por un desierto
10
Y los salvó de mano del enemigo, y los rescató de mano del adversario
11
Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó uno de ellos
12
Entonces creyeron a sus palabras, y cantaron su alabanza
13
Se apresuraron, se olvidaron de sus obras; no esperaron en su consejo
14
Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad