1
De David. Bendice, alma mía al SEÑOR; y todas mis entrañas al Nombre de su santidad.
2
Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios:
3
el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades,
4
el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordia;
5
el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
6
El SEÑOR es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia.
7
Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras.
8
Misericordioso y clemente es el SEÑOR; lento para la ira, y grande en misericordia.
9
No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo .
10
No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades; ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.