13
Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, no siendo yo ni aun como una de tus criadas.
14
Y Booz le dijo a la hora de comer: Allégate aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y se sentó ella junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació y le sobró.
15
Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que coja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis;
16
antes echaréis a sabiendas de los manojos, y la dejaréis que coja, y no la reprendáis.
17
Y cogió en el campo hasta la tarde, y desgranó lo que había cogido, y fue como un efa de cebada.
18
Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había cogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio.
19
Y le dijo su suegra: ¿Dónde has cogido hoy? ¿Y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha conocido. Y ella declaró a su suegra lo que le había acontecido con aquél, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz.
20
Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR, que aun no ha dejado su misericordia ni para con los vivos ni para con los muertos. Y le tornó a decir Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y de nuestros redentores es.
21
Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criados, hasta que hayan acabado toda mi siega.
22
Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas; que no que te encuentren en otro campo.
23
Y así ella se juntó con las criadas de Booz cogiendo, hasta que la siega de las cebadas y la de los trigos fue acabada; mas con su suegra habitó.