24
Porque en esperanza somos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, no lo espera.
25
Pues si lo que no vemos lo esperamos, por paciencia lo esperamos.
26
Y asimismo también el Espíritu nos ayuda en nuestra flaqueza; porque orar como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu demanda por nosotros con gemidos indecibles.
27
Mas el que escudriña los corazones, sabe qué es el deseo del Espíritu, que conforme a Dios, demanda por los santos.
28
Y ya sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, a los que conforme al Propósito son llamados (a ser santos).
29
Porque a los que antes conoció, también les señaló desde antes el camino para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el Primogénito entre muchos hermanos;
30
Y a los que les señaló desde antes el camino , a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificará.
31
¿Pues qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros?
32
El que aun a su propio Hijo no escatimó, antes lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que los justifica.
34
¿Quién es el que los condenará? El Ungido, Jesús, es el que murió; más aun, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también demanda por nosotros.