8
Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9
Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él.
10
Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, á Dios vive.
11
Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
12
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias;
13
Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de iniquidad; antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros á Dios por instrumentos de justicia.
14
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
15
¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo de la ley, sino bajo de la gracia? En ninguna manera.
16
¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para muerte, ó de la obediencia para justicia?
17
Empero gracias á Dios, que aunque fuistes siervos del pecado, habéis obedecido de corazón á aquella forma de doctrina á la cual sois entregados;
18
Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia.