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ya que muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos,
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en el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Cristo Jesús.
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Pero si tú, que llevas el nombre de judío y te apoyas en la ley; que te glorías en Dios,
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y conoces su voluntad; que apruebas las cosas que son esenciales, siendo instruido por la ley,
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y te confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
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instructor de los necios, maestro de los faltos de madurez; que tienes en la ley la expresión misma del conocimiento y de la verdad;
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tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se debe robar, ¿robas?
22
Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que abominas a los ídolos, ¿saqueas templos?
23
Tú que te jactas de la ley, ¿violando la ley deshonras a Dios?
24
Porque EL NOMBRE DE DIOS ES BLASFEMADO ENTRE LOS GENTILES POR CAUSA DE VOSOTROS, tal como está escrito.
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Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la ley, pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión.