16
Para ser ministro de Jesucristo á los Gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo.
17
Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que mira á Dios.
18
Porque no osaría hablar alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí para la obediencia de los Gentiles, con la palabra y con las obras,
19
Con potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios: de manera que desde Jerusalem, y por los alrededores hasta Ilírico, he llenado todo del evangelio de Cristo.
20
Y de esta manera me esforcé á predicar el evangelio, no donde antes Cristo fuese nombrado, por no edificar sobre ajeno fundamento:
21
Sino, como esta escrito: A los que no fué anunciado de él, verán: Y los que no oyeron, entenderán.
22
Por lo cual aun he sido impedido muchas veces de venir á vosotros.
23
Mas ahora no teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir á vosotros muchos años há,
24
Cuando partiere para España, iré á vosotros; porque espero que pasando os veré, y que seré llevado de vosotros allá, si empero antes hubiere gozado de vosotros.
25
Mas ahora parto para Jerusalem á ministrar á los santos.
26
Porque Macedonia y Acaya tuvieron por bien hacer una colecta para los pobres de los santos que están en Jerusalem.