12
De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.
13
Por consiguiente, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidid esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano.
14
Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es inmundo, para él lo es.
15
Porque si por causa de la comida tu hermano se entristece, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquel por quien Cristo murió.
16
Por tanto, no permitáis que se hable mal de lo que para vosotros es bueno.
17
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo.
18
Porque el que de esta manera sirve a Cristo, es aceptable a Dios y aprobado por los hombres.
19
Así que procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua.
20
No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todas las cosas son limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza a otro al comer.
21
Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece .
22
La fe que tú tienes, tenla conforme a tu propia convicción delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
23
Pero el que duda, si come se condena, porque no lo hace por fe; y todo lo que no procede de fe, es pecado.