1
Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones.
2
Uno tiene fe en que puede comer de todo, pero el que es débil sólo come legumbres.
3
El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado.
4
¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o cae, y en pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie.
5
Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir.
6
El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda; y el que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios.
7
Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo;