20
el saco de dinero llevó en su mano, el día de la fiesta volverá a su casa.
21
Lo derribó con la mucha suavidad de sus palabras, con la blandura de sus labios lo persuadió.
22
Se va en pos de ella luego, como va el buey al degolladero, y como el loco a las prisiones para ser castigado;
23
de tal manera que la saeta traspasó su hígado; como el ave que se apresura al lazo, y no sabe que es contra su vida.
24
Ahora pues, hijos, oídme, y estad atentos a las razones de mi boca.
25
No se aparte a sus caminos tu corazón; no yerres en sus veredas.
26
Porque a muchos ha hecho caer muertos; y todos los fuertes han sido muertos por ella.
27
Caminos del sepulcro son su casa, que descienden a las cámaras de la muerte.