3 Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, Ya que has caído en la mano de tu prójimo: Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
4 No des sueño á tus ojos, Ni á tus párpados adormecimiento.
5 Escápate como el corzo de la mano del cazador, Y como el ave de la mano del parancero.
6 Ve á la hormiga, oh perezoso Mira sus caminos, y sé sabio;
7 La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor,
8 Prepara en el verano su comida Y allega en el tiempo de la siega su mantenimiento.
9 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo:
11 Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre de escudo.
12 El hombre malo, el hombre depravado, Anda en perversidad de boca;
13 Guiña de sus ojos, habla con sus pies, Indica con sus dedos;
14 Perversidades hay en su corazón, anda pensando mal en todo tiempo; Enciende rencillas.
15 Por tanto su calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.
16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,
18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,
19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos.
20 Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre:
21 Atalos siempre en tu corazón, Enlázalos á tu cuello.
22 Te guiarán cuando anduvieres; cuando durmieres te guardarán; Hablarán contigo cuando despertares.
23 Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza luz; Y camino de vida las reprensiones de la enseñanza:
24 Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la extraña.
25 No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos:
26 Porque á causa de la mujer ramera es reducido el hombre á un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.
27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno, Sin que sus vestidos se quemen?
28 ¿Andará el hombre sobre las brasas, Sin que sus pies se abrasen?
29 Así el que entrare á la mujer de su prójimo; No será sin culpa cualquiera que la tocare.
30 No tienen en poco al ladrón, cuando hurtare Para saciar su alma teniendo hambre:
31 Empero tomado, paga las setenas, Da toda la sustancia de su casa.
32 Mas el que comete adulterio con la mujer, es falto de entendimiento: Corrompe su alma el que tal hace.
33 Plaga y vergüenza hallará; Y su afrenta nunca será raída.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Proverbios 6:3 haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo: ve, humíllate e importuna a tu prójimo;

English Standard Version ESV

Proverbs 6:3 then do this, my son, and save yourself, for you have come into the hand of your neighbor: go, hasten, and plead urgently with your neighbor.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Proverbios 6:3 Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, porque has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y esfuerza tu prójimo

King James Version KJV

Proverbs 6:3 Do this now, my son, and deliver thyself, when thou art come into the hand of thy friend; go, humble thyself, and make sure thy friend.

New King James Version NKJV

Proverbs 6:3 So do this, my son, and deliver yourself; For you have come into the hand of your friend: Go and humble yourself; Plead with your friend.

Nueva Traducción Viviente NTV

Proverbios 6:3 sigue mi consejo y sálvate,
pues te has puesto a merced de tu amigo.
Ahora trágate tu orgullo;
ve y suplica que tu amigo borre tu nombre.

Nueva Versión Internacional NVI

Proverbios 6:3 entonces has caído en manos de tu prójimo.Si quieres librarte, hijo mío, este es el camino:Ve corriendo y humíllate ante él;procura deshacer tu compromiso.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Proverbios 6:3 Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, porque has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y esfuerza tu prójimo.

Herramientas de Estudio para Proverbios 6:3-33