3
Yo ni aprendí sabiduría, ni conozco la teología.
4
¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
5
Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
6
No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.
7
Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera:
8
Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; manténme del pan de mi juicio;
9
para que no me sacie, y te niegue, y diga, ¿Quién es el SEÑOR? O no sea que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.
10
No acuses al siervo ante su señor, para que no te maldiga, y peques.
11
Hay generación que maldice a su padre, y a su madre no bendice.
12
Hay generación limpia en su opinión, y nunca se ha limpiado su inmundicia.
13
Hay generación cuyos ojos son altivos, y cuyos párpados son alzados.