6
No te alabes delante del rey, Ni estés en el lugar de los grandes:
7
Porque mejor es que se te diga, Sube acá, Que no que seas humillado delante del príncipe Que miraron tus ojos.
8
No salgas á pleito presto, No sea que no sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya dejado confuso.
9
Trata tu causa con tu compañero Y no descubras el secreto á otro.
10
No sea que te deshonre el que lo oyere, Y tu infamia no pueda repararse.
11
Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.
12
Como zarcillo de oro y joyel de oro fino, Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.
13
Como frío de nieve en tiempo de la siega, Así es el mensajero fiel á los que lo envían: Pues al alma de su señor da refrigerio.
14
Como nubes y vientos sin lluvia, Así es el hombre que se jacta de vana liberalidad.
15
Con larga paciencia se aplaca el príncipe; Y la lengua blanda quebranta los huesos.
16
¿Hallaste la miel? come lo que te basta; No sea que te hartes de ella, y la vomites.