20
El pobre es odioso aun a su amigo; pero muchos son los que aman al rico.
21
El pecador menosprecia a su prójimo; mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.
22
¿No yerran los que piensan mal? Pero los que piensan bien alcanzarán misericordia y verdad.
23
En toda labor hay fruto; mas el hablar y no hacer, empobrece.
24
La corona de los sabios es su sabiduría; mas lo que distingue a los locos es su locura.
25
El testigo verdadero libra las almas; mas el engañoso hablará mentiras.
26
En el temor del SEÑOR está la fuerte confianza; y allí sus hijos tendrán esperanza.
27
El temor del SEÑOR es manantial de vida, para ser apartado de los lazos de la muerte.
28
En la multitud del pueblo está la gloria del rey; y en la falta del pueblo la flaqueza del príncipe.
29
El que tarde se aíra, es grande de entendimiento; mas el corto de espíritu engrandece la locura.
30
El corazón apacible es vida a la carne; mas la envidia, pudrimiento de huesos.
31
El que oprime al pobre, afrenta a su Hacedor; mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.
32
Por su maldad será lanzado el impío; mas el justo en su muerte tiene esperanza.
33
En el corazón del cuerdo reposará la sabiduría; y es dado a conocer en medio de los locos.
34
La justicia engrandece un pueblo; mas el pecado es afrenta de las naciones.
35
La benevolencia del rey es para con el siervo entendido; mas su enojo contra el que lo avergüenza.