16
El sabio teme, y se aparta del mal: Mas el necio se arrebata, y confía.
17
El que presto se enoja, hará locura: Y el hombre malicioso será aborrecido.
18
Los simples heredarán necedad: Mas los cuerdos se coronarán de sabiduría.
19
Los malos se inclinarán delante de los buenos, Y los impíos á las puertas del justo.
20
El pobre es odioso aun á su amigo: Pero muchos son los que aman al rico.
21
Peca el que menosprecia á su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.
22
¿No yerran los que piensan mal? Misericordia empero y verdad alcanzarán los que piensan bien.
23
En toda labor hay fruto: Mas la palabra de los labios solamente empobrece.
24
Las riquezas de los sabios son su corona: Mas es infatuación la insensatez de los necios.
25
El testigo verdadero libra las almas: Mas el engañoso hablará mentiras.
26
En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.
27
El temor de Jehová es manantial de vida, Para apartarse de los lazos de la muerte.
28
En la multitud de pueblo está la gloria del rey: Y en la falta de pueblo la flaqueza del príncipe.
29
El que tarde se aira, es grande de entendimiento: Mas el corto de espíritu engrandece el desatino.
30
El corazón apacible es vida de las carnes: Mas la envidia, pudrimiento de huesos.
31
El que oprime al pobre, afrenta á su Hacedor: Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.
32
Por su maldad será lanzado el impío: Mas el justo en su muerte tiene esperanza.
33
En el corazón del cuerdo reposa la sabiduría; Y es conocida en medio de los necios.
34
La justicia engrandece la nación: Mas el pecado es afrenta de las naciones.
35
La benevolencia del rey es para con el ministro entendido: Mas su enojo contra el que lo avergüenza.