3
Por eso la tierra está de luto, y languidece todo morador en ella junto con las bestias del campo y las aves del cielo; aun los peces del mar desaparecen.
4
Pero que nadie contienda ni nadie reprenda; porque tu pueblo es como los que contienden con el sacerdote.
5
Tropezarás de día, y tropezará también el profeta contigo de noche, y destruiré a tu madre.
6
Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.
7
Cuanto más se multiplicaron, más pecaron contra mí; cambiaré, pues, su gloria en afrenta.
8
Del pecado de mi pueblo se alimentan, y hacia su iniquidad dirigen sus deseos .
9
Como el pueblo, así será el sacerdote; los castigaré por su proceder, y les pagaré según sus obras.
10
Comerán, pero no se saciarán; se prostituirán, pero no se multiplicarán, porque han dejado de hacer caso al SEÑOR.
11
La prostitución, el vino y el mosto quitan el juicio.
12
Mi pueblo consulta a su ídolo de madera, y su vara les informa; porque un espíritu de prostitución los ha descarriado, y se han prostituido, apartándose de su Dios.
13
Ofrecen sacrificios sobre las cumbres de los montes y queman incienso sobre las colinas, debajo de las encinas, los álamos y los terebintos, porque su sombra es agradable. Por tanto, vuestras hijas se prostituyen, y vuestras nueras cometen adulterio.