3 y dije al rey: Viva para siempre el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro cuando la ciudad, lugar a de los sepulcros de mis padres, está desolada y sus puertas han sido consumidas por el fuego?
4 El rey me dijo: ¿Qué es lo que pides? Entonces oré al Dios del cielo,
5 y respondí al rey: Si le place al rey, y si tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, para que yo la reedifique.
6 Entonces el rey me dijo, estando la reina sentada junto a él: ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y le agradó al rey enviarme, y yo le di un plazo fijo.
7 Y dije al rey: Si le agrada al rey, que se me den cartas para los gobernadores de las provincias más allá del río b , para que me dejen pasar hasta que llegue a Judá,
8 y una carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin de que me dé madera para hacer las vigas de las puertas de la fortaleza que está junto al templo, para la muralla de la ciudad y para la casa a la cual iré. Y el rey me lo concedió, porque la mano bondadosa de mi Dios estaba sobre mí.
9 Fui entonces a los gobernadores de más allá del río y les entregué las cartas del rey. Y el rey había enviado conmigo oficiales del ejército y hombres de a caballo.
10 Cuando se enteraron Sanbalat horonita y Tobías el oficial amonita, les disgustó mucho que alguien hubiera venido a procurar el bienestar de los hijos de Israel.
11 Y llegué a Jerusalén y estuve allí tres días.
12 Y me levanté de noche, yo y unos pocos hombres conmigo, pero no informé a nadie lo que mi Dios había puesto en mi corazón que hiciera por Jerusalén, y no había ningún animal conmigo excepto el animal sobre el cual iba yo montado.
13 Salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y hacia la puerta del Muladar, inspeccionando las murallas de Jerusalén que estaban derribadas y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.
14 Pasé luego hacia la puerta de la Fuente y hacia el estanque del Rey, pero no había lugar para que pasara mi cabalgadura.
15 Y subí de noche por el torrente e inspeccioné la muralla. Entonces entré de nuevo por la puerta del Valle y regresé.
16 Los oficiales no sabían adónde yo había ido ni qué había hecho, ni tampoco se lo había hecho saber todavía a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los oficiales, ni a los demás que hacían la obra.
17 Entonces les dije: Vosotros veis la mala situación en que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego. Venid, reedifiquemos la muralla de Jerusalén para que ya no seamos un oprobio.
18 Y les conté cómo la mano de mi Dios había sido bondadosa conmigo, y también las palabras que el rey me había dicho. Entonces dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Y esforzaron sus manos en la buena obra.
19 Pero cuando se enteraron Sanbalat horonita, Tobías el oficial amonita y Gesem el árabe, se burlaron de nosotros, nos despreciaron y dijeron: ¿Qué es esto que estáis haciendo? ¿Os rebeláis contra el rey?
20 Y yo les respondí, y les dije: El Dios del cielo nos dará éxito; por tanto, nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, pero vosotros no tenéis parte ni derecho ni memorial en Jerusalén.

English Standard Version ESV

Nehemiah 2:3 I said to the king, "Let the king live forever! Why should not my face be sad, when the city, the place of my fathers' graves, lies in ruins, and its gates have been destroyed by fire?"

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Nehemías 2:3 Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego

King James Version KJV

Nehemiah 2:3 And said unto the king, Let the king live for ever: why should not my countenance be sad, when the city, the place of my fathers' sepulchres, lieth waste, and the gates thereof are consumed with fire?

New King James Version NKJV

Nehemiah 2:3 and said to the king, "May the king live forever! Why should my face not be sad, when the city, the place of my fathers' tombs, lies waste, and its gates are burned with fire?"

Nueva Traducción Viviente NTV

Nehemías 2:3 pero le contesté:
—Viva el rey para siempre. ¿Cómo no voy a estar triste cuando la ciudad donde están enterrados mis antepasados está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego?

Nueva Versión Internacional NVI

Nehemías 2:3 y le respondí:—¡Que viva Su Majestad para siempre! ¿Cómo no he de estar triste, si la ciudad donde están los sepulcros de mis padres se halla en ruinas, con sus puertas consumidas por el fuego?

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Nehemías 2:3 Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Nehemías 2:3 Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?

Herramientas de Estudio para Nehemías 2:3-20